martes, 2 de junio de 2009

Ahora, todos somos portavoces

Hace no mucho tiempo, la cara visible de la compañía era el portavoz, miembro del Equipo Directivo, y con voz ante los medios de comunicación y las audiencias. En esa época, los comerciales se reducían a un equipo concreto dentro de la empresa cuya labor se enfocaba a esos fines. Para el resto de trabajadores, las labores "externas" de Comunicación y RRPP estaban definidas en esos departamentos "estanco". Pero hoy todo eso ya es historia.
Actualmente, todos y cada uno de los miembros de una compañía puede, y en debe ser un buen portavoz de la misma. Las herramientas 2.0 permiten que la empresa se comunique permanentemente con sus públicos, desde distintos ángulos y puntos de inicio.
De esta manera, pese al mantenimiento indispensable de la figura del Portavoz Oficial, que deberá ser quien dirija y actúe en todas las comunicaciones oficiales de la compañía, dando el punto de vista corporativo, se ha abierto otro gran número de portavoces no-oficiales, que pueden ayudar a que nuestra comunicación externa sea un éxito.
¿Cómo? Pues incialmente partiendo de unas premisas básicas:
  • Alinear al equipo con los objetivos de negocio y comunicación de la empresa: Solo después de haber implantado una correcta estrategia de comunicación interna, podemos asegurarnos de que todos los miembros de la compañía tienen el conocimiento necesario para poder transmitir los mensajes adecuados.
  • Formar a los nuevos portavoces: Al igual que los portavoces oficiales cuentan con Programas específicos para mejorar sus actuaciones e intervenciones, los "nuevos portavoces" deben formarse sobre las nuevas herramientas, y especialmente, sobre los mensajes y objetivos de la empresa. Hacerles partícipes de la realidad de la compañía, ayuda.
  • Dar libertad a los empleados para comentar sus sugerencias, impresiones e ideas sobre la compañía: Los trabajadores son los que mejor conocen su tarea. Esto ayuda a incrementar la participación de los empleados en la toma de decisiones así como acrecentar su sentido de responsabilidad y pertenencia a la compañía, al sentirse parte de ella.
  • Dejar que hablen: Muchas empresas temen a dejar que sus empleados hablen con libertad sobre la compañía. Sin embargo, y teniendo en cuenta que la conversación sobre tu empresa y existe, que los empleados participen en ella e interactúen con clientes y potenciales clientes sobre la compañía es una de las mejores maneras de participar en ella.
  • Establecer unas reglas básicas: Basadas en el sentido común y en la responsabilidad propia. Simplemente.
Ahora las personas son el mensaje. Y este mensaje se difunde a través de todo tipo de vías: blogs corporativos, de empleados, foros, redes sociales, reuniones, el teléfono, una conversación en la calle...

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